La consciencia corporal aporta equilibrio a mi vida, mi cuerpo es sabio y si decido escucharlo nunca más agotaré mi energía.
Día 6 de la onda del Sol.
Mi desequilibrio está en aquellos apegos que no puedo soltar, abro los ojos, enfoco mi visión y creo soluciones para aquello que no permite vivir una vida sana y equilibrada.
La energía de la Serpiente
Es la fuerza vital, la capacidad de sobrevivir ante cualquier adversidad, es la energía de los instintos en acción que nos permite estar conectados a la Tierra y a nuestro cuerpo físico en perfecto equilibrio. El instinto y la conciencia corporal te ayudan a restablecer la conexión entre mente y corazón, para que entren en diálogo y puedas entender cómo son las cosas en la vida.
La mayor parte de nosotros hemos obviado y archivado estas sensaciones en favor de nuestra parte racional, muy útil para ciertas cosas pero que nos aporta una visión incompleta de lo que en realidad somos.
El tono 6 Rítmico
Te dice que vivir no significa hacer constantemente equilibrios imposibles, por eso si realmente queremos vivir una vida saludable y consciente, una buena recomendación es centrar para escucharnos, entender nuestro ritmo y sincronizarlo. Para ello hay que soltar lo que te engancha en los extremos, dejar el blanco/negro para moverte en escala de grises.
Nuestro cuerpo es una antena receptora de señales, de energía, de vibraciones y prácticamente no le hacemos ni caso… sólo cuando duele mucho o es urgente porque paraliza nuestra vida. Pues bien, el hecho de incorporar estas sensaciones sin filtrarlo por la razón que tan alegremente descarta todo aquello que no se pueda tocar, hará que tengamos una vida más equilibrada y más saludable.
Hoy detecta aquellos apegos que están drenando tu energía como un agujero negro, es momento de despegarte de las cargas, sobre todo las que no son tuyas y has adoptado como hijos a los que debes atender; también es momento de reforzar tu seguridad y comprender como es tu ritmo natural.
Toma consciencia de aquello que no quieres dejar ir, porque es lo que produce desequilibrio y no te permite seguir evolucionando hacia un estado de consciencia más elevado.
Al reconocer las ataduras con lo material y superficial entenderás las trampas del ego, que inmerso en su lucha por la supervivencia, ofuscado en la pérdida y el dolor personal, te mantiene aislado y descentrado del sol interior que reside en tu corazón, la luz sanadora que disipa las sombras.
Recuerda tu cuerpo es sabio, muy sabio, pero aprender a escucharlo es algo a lo que tienes que poner atención abriendo tus canales receptivos, porque una cosa es saber y otra muy distinta es sentir.
Decreto:
Yo escucho, trato mi cuerpo con respeto, confío en la información que me ofrece y entiendo que él siempre cuida de mí. Yo abrazo su sabiduría moviéndome hacia una vida equilibrada, yo soy otro tú