Kin es el nombre Maya que recibe la unidad básica de medida, en las cuentas mayas.

Cosmológicamente cada Kin es la combinación de uno de los 20 Sellos  y uno de los 13 Tonos. Una unidad fractal de medida que puede estirarse en diferentes radios de Tiempo, alterando así la longitud de los ciclos a los que pertenece. Así un Kin nos define una frecuencia vibratoria, dependerá de nosotros darle un valor más pequeño o más grande.

Los Mayas percibieron la magia de la energía diaria, cada día destaca por las diferentes frecuencias que vibran más fuerte, energías con características especiales, a las que llamaron Sellos y Tonos, a su resonancia conjunta la llamaron Kin.

Ser conscientes de ello y seguir la cuenta de los kines, el Tzolkin,  no solo nos sincroniza con el orden natural que rige el cosmos, sino que también despierta la conexión con el ser interno, vinculándonos con la Naturaleza que yace en nuestro interior, el verdadero propósito de Alma.

La precisión y exactitud de la cuenta Maya Tzolkin, deriva del hecho de ser una cuenta fractal, continua, ordenada e in-interrumpida de los días, es decir la cuenta de los kines. A partir de aquí podemos medir desde lo más pequeño, por ejemplo el ciclo de rotación terrestre que es un día (1 Kin = 1 día) o un ciclo de traslación lunar que son 28 días (1 Kin = 1 luna), hasta ciclos mayores.

Descubriendo los ciclos menores iniciamos este viaje cosmológico donde nos encontramos a nosotros mismos viviéndolos todos a la vez, para ello el Kin nos ayuda a darles forma y a definirlos de manera comprensible. Navegando por fractales tomamos consciencia de lo infinito que es nuestro mundo.

 

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