Yo soy valiente, coopero con la luz para pacificar la sombra, yo soy otro tú
Unificarnos en un solo ser que siente, piensa y actúa en coherencia con la energía que emana del alma, nos vuelve universales.
Si un árbol se contradijera, sintiera que es un pájaro, pensara que es menos que el resto y actuara como una brizna de hierba, su semilla no hubiera despertado. ¿Verdad qué algo así ni se nos pasa por la cabeza?, entonces ¿Qué diferencia hay entre nosotros y el árbol?
Ser universal nos define como una parte de un todo mayor y a su vez, nos define como una totalidad en si misma formada por partes. Por eso es importante funcionar como un todo completo, donde nuestras partes cooperan entre si para mantenernos a flote.
Creamos nuestro entorno con la energía que desprendemos y aunque este concepto ha sido transmitido desde todas las culturas antiguas, habría que dedicarle un espacio para preguntarnos si realmente entendemos lo que significa.
La energía del Guerrero nos muestra el tipo de relaciones que establecemos a partir de la actitud o posición que tomamos al enfrentarnos con las cosas que nos pasan, aprendizajes que nos sirven para entender y mejorar.
Para superar la lucha interna entre materia y espíritu debemos ser valientes, osados, arriesgados y fuertes. Pacificar nuestro interior, colaborar con nosotros mismos es lo que nos propone el día de hoy.
La energía de hoy nos propone detectar nuestras luchas internas, en que guerras batallamos y porqué, en que estrategia estamos situados y si funciona. El guerrero nos pregunta si realmente somos valientes, si la lucha que defendemos es honorable y liberadora, cuestionando nuestra integridad. ¿Estamos actuando cómo seres universales o en pos de un propósito egoísta?