La lección más importante que tiene por delante la humanidad es aprender el amor incondicional.
Día 7 de la onda de la Semilla. El principal requisito para florecer proviene de la inspiración de nuestro corazón
El sello Perro nos recuerda que la fidelidad que nos profesamos rompe las mentiras que nublan nuestra mente y nos permite desarrollarnos desde el centro, siguiendo las pautas de nuestro corazón.
El tono 7 resonante despierta nuestro canal interno, lo activa para que podamos comunicar el amor que une espíritu y corazón y así volvernos luz que inspira y sirve de modelo a los demás.
¿Quién no tiene miedo a algo?
El sistema nos ha hecho creer en la separación, el otro no sólo es diferente de ti sino que además puede ser la causa de tu dolor. Está claro que el sistema no funciona, porque casi nadie es feliz.
Imagina que la semilla tuviera miedo, nunca saldría del cascarón, nunca crecería en la oscuridad para llegar a encontrar la luz ni florecería a lo que realmente es. Puede parecer que el miedo es algo natural, pero no!,
Nuestra misión como humanos es desterrar el miedo de nuestro corazón, porque con miedo no podemos ser amor.
Hoy muévete con y desde el corazón, perdona las ofensas propias y ajenas, haz caso a la vocecita que te habla de amor. Si paras y conectas con tu centro podrás sentir su presencia en tu interior, porque naces siendo amor y lo que “Es” no da lugar a las dudas.
Serte fiel requiere valor y un profundo amor, por eso recuerda no atender tu miedo y centrarte en tu amor:
- Amarte significa que para ti, tu eres importante, que ocupas un espacio preferente en tu vida y que no todo vale sino te ofrece tranquilidad, alegría, bienestar, equilibrio y claridad mental.
- Amarte es aceptarte y mejorarte, es andar el camino del auto-conocimiento siguiendo las pautas de tu ser.
- Amarte es resonar, vibrar en lo que eres para escuchar lo que tu alma quiere comunicarte
El #amorpropio es la única herramienta que te ayudará a despertar de este velo de ilusión y separación.
Mi inspiración es mi corazón, yo soy amor, yo soy otro tú