Apaga todo sonido que no forme parte de tu espíritu, Siente como tu voz quiere expresarse
Día 4 de la onda de la tormenta.
Cuando nos encontramos en procesos de transformación, puede que las aguas emocionales nos hagan dar vueltas y más vueltas, llegando un momento en que no sabemos ni como, ni cuando… ni nada!!!!
Nuestro Ser energético sufre atrapado en un torbellino de sentimientos y pensamientos limitantes, donde parece que nada es estable, damos tumbos de un lado a otro, viviendo de manera caótica e intentando controlar la situación a marchas forzadas.
¿Cómo deshacemos este entuerto para salir ilesos?, pues es un esfuerzo conjunto de todo nuestro Ser energético, involucrando todos nuestros cuerpos en el proceso de sanación conjunta, para darle una forma sostenible.
La energía del Viento
Nos re-conecta con nuestro ser esencial, en primera instancia nos explica la importancia de escuchar. Escuchar es un proceso que parte de la actitud de transformar nuestros discursos pre-aprendidos, re-evaluar nuestros pensamientos y descubrir los verdaderos sentimientos y emociones que inundan y anulan nuestra receptividad.
Las palabras son energía y las utilizamos para relacionarnos con los demás, para expresar lo que sentimos y pensamos; todo eso proviene de lo que gestamos dentro, es decir de la comunicación con nosotros, dentro nuestro es donde damos la forma que luego mana hacia el exterior.
El tono 4 Auto existente
Nos pide esta consciencia, que midamos las palabras, que veamos su influencia, que mesuremos el tono y el contenido para que sea realmente sincero y coherente.
Las palabras son decretos aunque no seamos conscientes, los «nadie me quiere», «estoy solo», «no puedo con esto», «no tengo lo que necesito»… y demás expresiones que promovemos, definen lo que pensamos y sentimos y como consecuencia la energía que atraemos y creamos.
Hoy sigue el lema: dime cómo te expresas y te diré en qué te transformas, recuerda que el Universo está abierto a darte aquello que pides, así que el trabajo es ser impecable con la palabra, es decir habla como te gustaría que te hablaran y escucha como te gustaría que te escucharan.
Escuchar es una decisión que te acerca a la verdad de la situación que vives, si es que quieres realmente verla, por eso cuando no quieres escuchar-Te, cierras tus sentidos y permites la entrada a otras voces extrañas, que llegan de todas partes e invaden tu espacio interior sagrado, es decir eres tu el que elige lo que quieres oír en función de lo que estás dispuesto a admitir y cambiar.
Antes de hablar respiro, escucho y siento lo que mi alma quiere expresar; mis palabras son un canal de creación y transformación, un camino sagrado que me acerca o me aleja de la verdad.
Decreto:
Yo soy consciente de que la libertad de expresión requiere de sabiduría y responsabilidad, me sumo a la sabiduría tolteca: «Sé impecable con tus palabras, no te tomes nada personal, no hagas suposiciones y da siempre lo máximo y mejor de ti que puedas», yo soy otro tú.