Onda Encantada del Guerrero
Cuando la vida te propone una y otra vez que confíes, llega un momento en que verdaderamente debes rendirte, abandonar la lucha interna, deshacerte de la mente que te recuerda el conflicto que en tu fuero interno decides vivir repetidamente. Estar Vivos es nuestro mayor Miedo
Rendirse es un acto de fe, nunca por cansancio ni desesperación, es una acción leal y sincera en la que abandonas la batalla para ponerte al servicio de la vida. Darnos cuenta de que aquí no se trata ni de ganar ni de perder, estas son estructuras mentales que sustentan tus malos hábitos emocionales, dando como resultado la repetición constante de las pruebas de la vida, retos que tú mismo te creas por no abandonar el bucle que crees tienes que superar; esto no hace de ti una persona valiente.
Nada más lejos de la realidad que la lucha constante y la necesidad de querer ganar, de obtener la victoria para sobresalir por encima de los demás; ¿quieres tener razón? Perfecto toda para ti, una vez tienes el trofeo en la mano… ¿qué?
Vivir plenamente requiere de nuestra fe y confianza, requiere rendir tu espada para un bien mayor en el que tú estás incluido, en el que tú eres beneficiario junto a los demás. La energía del guerrero vibra en el amor al acto de servicio, nunca lo encontrarás sirviéndose a sí mismo para ponerse las medallas, su verdadera guerra es consigo mismo para llegar a Ser digno servidor de la Luz.
A lo largo de estos 13 días, párate y reflexiona bien, te estoy contando todo lo contrario de lo que siempre te han dicho, te sugiero pacificar tu lucha interna y abandonar tus pesquisas personales para ofrecérselas a la luz, tu esencia divina y así conectar con la verdadera frecuencia del guerrero que solo admite en su vida aquellas batallas que en su base expandan amor por uno mismo y respeto a la vida.
En todos aquellos temas en que la lucha es inútil, en los que hace tiempo que sobrevives sin resultados óptimos y en los que ya estás cansado y agotado de vivir una y otra vez lo mismo, simplemente ríndete, no como un acto de cobardía, como un acto de valentía, amor y fe.
Pon en manos de lo divino lo que tú solo no has conseguido, con su ayuda tu espada tendrá un sentido espiritual y tu vida se llenará de luz. Así se desvelará el camino.
