Onda

Mi Tierra es mi Cielo

Onda encantada del Caminante del Cielo

Dispuestos a andar un nuevo ciclo con la seguridad de encontrarnos con la experiencia vital más emocionante, el caminante del cielo nos descubre las maravillas y tesoros de la vida, sin ponerle pegas, trabas o limitaciones. Desde esta posición atraemos las circunstancias necesarias para poder evolucionar y crecer de dentro hacia afuera.

Aventurarnos a vivir cada día con la predisposición de avanzar para conocernos mejor, fortalece nuestro cuerpo y nuestra mente, deshace los bucles repetitivos y nos permite gozar de lo que nos rodea. Valorar y sentir que vale la pena andar el camino a pesar de aquellos tramos costosos nos da una visión más real de cómo gestionamos nuestra energía.

Solo hay que tener en cuenta que no podemos saltarnos los pasos, ya que sino promovemos las retenciones y bloqueos emocionales que nos separan, intentando crear salidas falsas, soluciones parches o prioridades equivocadas. Todo ello buenas razones que nos damos para sentir que ejercemos el control de nuestras vidas.


¿Quieres cambio verdadero?, Camina Distinto


Si no sentimos que lo que estamos experimentando tiene un motivo y una razón de ser, hay que cambiar la creencia o pauta mental, por eso es importante descubrir nuestras tendencias, miedos y carencias, para no volver a reproducir las mismas situaciones.

En este viaje puede que no todo sea bonito o agradable, hay que pasar por tramos de dolor, miedo y lucha interna, pero es parte del camino y el proceso de purificación y auto-descubrimiento. Poner la mente en su sitio significa darle motivos para que no tenga más remedio que ceder y reconocer los límites que genera como medio de protección.

La aventura de vivir es un misterio, nosotros queremos conocer el principio y el final, tener claras las etapas del viaje para que nada nos salga mal o nos sorprenda y así sentir la falsa sensación de protección en los límites que creemos dominar.

Nos engañamos analizando el pasado y presagiando el futuro, perdiendo por el camino el sentir de las sensaciones más pequeñas, más cotidianas.

Por eso usar la mente para satisfacer la autocomplacencia y evitar movernos, en realidad es una actitud trampa, trampas creadas con esmero y paciencia que nos atrapan como telarañas en nuestra zona de confort, en la que caemos una y otra vez por miedo a perder el control; así nos convertimos en grandes desconocedores del porque y para que de las cosas que nos ocurren, perdiendo nuestra capacidad de goce interno.

Este es el gran auto-engaño que imponemos a nuestro ser, definimos claramente nuestros límites y con ellos vivimos esclavos de la falsa mente, las creencias auto-impuestas y el sufrimiento por lo externo. Sin darnos cuenta de la falsedad, anulamos nuestra creatividad, intuición y originalidad, a cambio de dependencias y necesidades.

Desconectamos de lo verdadero, creamos rutas alternativas y nos mentimos, no arriesgamos ni nos aventuramos a deshacer los corsés por miedo a no encajar la verdad que la vida nos muestra.

La energía del Caminante Rojo nos propone romper los diques que limitan la mente para conectarnos con el sentir verdadero, una aventura en la que hay que estar atento y convencido de que más allá de nuestros muros personales el viaje continúa.

Feliz ciclo 

Ingrid de Manuel Guasch

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