Onda Encantada del Humano
Iniciamos el ciclo del humano, salir de patrones repetitivos, desgastes personales inútiles y sentimientos contradictorios e incoherentes, es una elección personal, un compromiso que decidimos adquirir con nosotros mismos.
La energía del Humano nos traslada al sentimiento único de la sabiduría y el poder que está en nuestras manos en cada momento que vivimos, saber cuando y como usarlo nos sitúa en la tesitura de la libertad innata que todos tenemos a la hora de escoger lo que vivimos, con quien lo compartimos y como lo desarrollamos.
Si nos encontramos una y otra vez con lo mismo, es que no hemos entendido como usar nuestra libertad y tenemos miedo de decidir; claro que existen situaciones limite, todas aquellas que derivan del mal uso del poder y que hemos promovido insistiendo en no cambiar, pero antes, mucho antes de llegar a este punto la vida nos ha brindado oportunidades.
Creo en el ser humano que mira a los ojos sin odio y tiene coraje
A lo largo de esta trecena la mente tomará las riendas, intentará combatir con las mismas estrategias, desarrollará discursos conocidos, tesituras y pensamientos repetitivos, intentando buscar la decisión más apropiada; pero la mente sin corazón es un hombre sin extremidades, no puede andar ni avanzar, no puede crear ni abrazar, pudiendo perder la curiosidad y la estima personal.
Así son buenos días para ponerle mucho corazón a las decisiones que tomamos y valorar cuanto amor le falta a nuestra vida. Decidir sin estar seguro de verdad requiere reflexión y seguramente un poco de valor; pero tanto decidir como no decidir por miedo, supedita nuestro poder a lo externo y nos convierte en esclavos de las circunstancias, de ahí las actitudes victimistas o egoístas que fabricamos para defendernos de nuestro propio subterfugio.
Vivir con los valores propios de un ser de luz no es fácil cuando nuestra propia humanidad se rinde en nuestro interior y somete nuestra libertad, por eso debemos nutrir el amor propio, para actuar compasivamente con nosotros y creernos merecedores de dones maravillosos; es la única manera de valorar el prodigio que también son los demás.
Errar es de humanos, pero también lo es la voluntad de superarlos y sobrevivirlos sin castigarnos por ellos, aprendiendo, mejorando, perdonando y rectificando.
La bondad es una elección, sentirla a pesar de lo que vivimos es una responsabilidad que mana de la esencia más pura de ser humano, de saber realmente quienes somos y hacer buen uso de nuestro poder.